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Verónica Valle exhibe en el espacio Alaire un conjunto de fotografías compuestas digitalmente y cuya temática gira en torno a las estrellas femeninas de la cinematografía internacional. Su punto de partida son las imágenes, prácticamente paradigmáticas de estas luminarias, íconos construidos desde un imaginario colectivo, obviamente el del deseo masculino. Y es desde esta perspectiva donde se posiciona la autora para intervenir estas realizaciones, no sólo desde lo técnico sino desde la resignificación a partir de una perspectiva de género.
Valle compone, inicialmente, desde una idea de juego, la que le otorga la impunidad de pegar “figuritas” como ella dice. Luego, PicsArt de por medio, continúa con la impresión sobre papel fotográfico. Esto le permite imaginar series infinitas de posibles combinaciones alternando, en el espacio con carácter casi cotidiano del bar, sus estelares protagonistas. Sin embargo éstas, al transitar por pasillos, salones o reposar en una escalera, nos muestran otra faceta en absoluta contradicción con lo que es esperable. Lo glamoroso cede paso a un estado melancólico, pasivo y en algunos casos lindando con lo siniestro, porque ellas van perdiendo corporeidad, un atributo por el cual se hicieron famosas, y se asemejan más a figuras fantasmales que toman posesión del lugar. Cada rincón pareciera recordarles su propia historia, ambicionan correrse de la mirada masculina, del estereotipo y querer compartir con nosotros, sus espectadores, la historia personal de sus vidas. Es entonces cuando ELLAS, se transmutan en LAS, allí donde el sustantivo va a ser colocado por los diferentes visitantes a la muestra. Y si bien los epígrafes que acompañan a cada fotografía, escritos poéticamente por Valle, inducen a una cierta mirada intencional, la percepción de cada pieza es íntima y personal por que evoca las memorias individuales.
A pesar de su cualidad nostálgica, resaltada por una tonalidad intermedia y difusa, estas fotografías son por otra parte absolutamente contemporáneas, porque comparten nuestro tiempo y también porque nos cuestionan y nos obligan inexorablemente a una reflexión crítica sobre problemáticas centrales, como los roles preestablecidos a las mujeres en las sociedades tradicionales, a las normativas culturales que conspiran contra su individualidad, sentimientos y principios. En ello reside la estrategia empleada por Verónica Valle, en traer al presente imágenes del pasado que aún hoy evidencian una tensión no resuelta. Así, LAS, gritan silenciosamente por la libertad de decidir, sin sometimiento al Otro, sobre sus propias vidas.
Silvia Marrube
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